sábado, 23 de octubre de 2010

Recordando Sensaciones Olvidadas

Y cómo pedir que aquella tarde llena de estrellas que cubrían el negro cielo, obliguen a la mujercita a olvidar la melodía que tiempos antes sonaba noche a noche en aquel tocadiscos. Sabía perfectamente que esas risas pertenecían a un recuerdo que ya no era presente, que se iba borrando de apoco de la historia que cada noche en su balcón recordaba con melancolía. Esos colores de viejos vestidos se iban destiñendo de apoco, hasta caer bajo la imaginación de ser todos iguales, todos colores hermosos pero indistinguibles. No lloraba, ni estaba triste. No reía, ni estaba feliz. Simplemente pensaba. Recordaba. Volvía a esa vieja situación donde aquel hombre calmado y con una sonrisa paciente escuchaba cada palabra que salía de su boca, y con un movimiento un poco brusco y dulce asentaba cada malestar que sentía ella soltar y librar en cada sílaba que repetía. De pronto un suspiro que acaba con la melancolía y vuelve de nuevo a la depresión. Una distracción que la hizo caer como una roca, a su nube desplomada de soledad constante. Una burbuja era ahora su mundo. Sus manos frías tenían poca sensación pero no suficiente para quitarle la posibilidad de saber que su esmalte estaba intacto. Un soplo de brisa como olas que quitan el aliento, rozaban sus brazos de vez en cuando. Eran instantes en que un reflejo volvía a distraerla, caras desconocidas que empezaban a molestarla. No tenía noción del tiempo. No le importaba los segundos que pasaban. Pensaba en las cosas que jamás pudo hacer, las que hizo y las que jamás se animó. Se reprochaba las que hizo mal, las que no tuvo el valor de enfrentarlas y sufría con las que se habían acabado. Sus pies ya no se movían. Ya no caminaban las largas cuadras para sus estudios. Y los recuerdos entonces volvían. Una serie de emocionantes tardes obligaban en aquellos años a crear maquetas de sueños y proyectos esperados que algún día cumpliría mas tarde. Hombres que conocía durante su juventud. Noviazgos que rompieron su corazón, o simplemente hicieron doler hasta tener esas sensaciones que deseo en algún momento las viva otra persona con ella. Creía que tenía el mundo a sus pies, conquistándolo hasta que su felicidad sea el objetivo de su nacimiento. Inviernos que no fueron tan fríos, hojas que se enfrentaron a duros otoños que obligaban a desprenderlas de sauces ya crecidos. Y de pronto algo frío toco su pecho. Veía pero no entendía por que lo hacían, por que la lastimaban. Porqué la presión, porqué el apuro. Rincones de ruidos llenos de velocidad que asustaban a cualquier persona que la veía pasar. Alguien estaría pensando en ella capas. O simplemente volvía a estar sola hasta en ese momento. Porque en algún momento hubiese parado sobre esa avenida, a entrar al local a almorzar. Ya no tenía tiempo, contaban los segundos como si fueran pétalos que van cayendo de las rosas alzadas en una boda. Una pobre sombra que se movía de atrás para adelante, una silueta que parecía volar por aquel rincón. La sensación de helades ya parecía ser algo constante y poco molesto. De pronto un grito de llantos de bebes volvía a su cabeza. Dolores agobiantes hacían recordar momentos de aquel hermoso nacimiento de un ángel ahora crecido que la acompañaba. Sonreía sin saber porqué, cuando la miró con esperanza aquella tarde. Ahora sus risas iban por el camino de una cuadra deambulada por melodías de risas y juguetes que angelitos soltaban cuando la veían. Abrazos, caricias, mimos, besos, parpadeares, momentos intactos, olores, imágenes fotográficas, se iban incorporando en ella como la sangre que corría esperanzadamente cada segundo. Y cuando parecía todo ser perfecto, mejoró aún. El dolor se fue. Volvió a ver con claridad y sonrió como nunca antes lo hubiese hecho y agradeció por cada momento que pudo presenciar. Sintió unas manos que la levantaban en brazos para darle aquel abrazó mas dulce que jamás podría experimentarse. Y mientras se elevaba y los llantos aumentaban podía observar la hermosa vida que creó y que hoy dejó atrás, o mejor dicho allá abajo. En aquella ambulancia que se detuvo en la puerta del sanatorio. Que dejó de sonar como una calesita que espera su sortija. Solo las luces mas maravillosas ocuparon el ambiente, y los brazos de sus tres hijos la abrazaron por minutos interminables que sentirá el resto de su eternidad. Afuera el mundo que una tarde dejó, que verá y cuidará hasta que deje de existir… Algún día como ella lo hace ahora.

domingo, 11 de abril de 2010

Entrevista a Missing Children Argentina


Marta Canillas, Vicepresidenta de Missing Children Argentina, brindó la posibilidad de conocer una ONG basada en la búsqueda de menores argentinos, en territorio nacional. En esta entrevista realizada con ella par a par, no sólo conoceremos la función de la organización, sus objetivos y desarrollo, sino también las sensaciones que brinda este trabajo voluntario de muchas personas, para con la sociedad argentina y el exterior.

Entrevista:

1. ¿Cómo y porqué se originó Missing Children?

Missing Children comenzó como un desprendimiento de “Red Solidaria”, organización creada por Juan Car. Hace doce años, esta ONG, comenzó a recibir llamados de padres que trataban de encontrar la forma de hallar a sus hijos extraviados por distintos motivos. Los avisos fueron creciendo cada vez más. Fue así cuando, María Marta García Belsunce, ex presidenta de Red Solidaria, quien conocía el funcionamiento de Missing Children en Estados Unidos, decide crear la misma organización, aquí en Argentina. Es así como nace la organización actual. No tenemos nada que ver con Missing Children de Estados Unidos, salvo la convivencia social, de que a veces ellos nos piden que le publiquemos un chico, por que por ahí uno de los padres es americano argentino y otro de ellos Estadounidense, por ejemplo, y podría estar la posibilidad de que los chicos estén acá, o viceversa. Es decir, somos dos organizaciones separadas, pero estamos relacionadas. Al crear la fundación la idea era ponerle el nombre “Chicos Perdidos de Argentina”, pero no contamos con la consecuencia de que ya estaba registrado el nombre. Es por esto, que finalmente tomó el nombre actual: “Missing Children, Chicos Perdidos de Argentina”. Estamos desde el año 2000, tenemos una asesoría jurídica, y funcionamos como una ONG.

2. ¿Cuál es el objetivo de la organización?

Nosotros tenemos como estatuto el acompañamiento de las familias, el asesoramiento a las mismas, y tratar de hacer visible, a la mayor cantidad de medios posibles, la cara de los chicos. Tenemos el objetivo de que la sociedad visualice el rostro de esos niños, que mientras no esta la foto, es un nombre, o sólo un expediente archivado en el juzgado. Se intenta así también un vínculo con los familiares, que en muchos casos nos brindan información que niegan a un juez, secretos íntimos que ayudan a encontrar al menor.

3. ¿Quiénes y cómo está compuesta?, ¿cómo se desarrolla su trabajo?

Tenemos un mandato por una cuestión reglamentaria. Hay una presidenta, una vicepresidenta, y demás integrantes. Pero desde el orgullo, todas somos voluntarias. La organización tiene un total de treinta de ellas, distribuidas en todo el país. Acá en Buenos Aires, somos cuatro personas que estamos en la coordinación: Lidia, Adriana, María, y yo. Luego, también en Buenos Aires, hay veintidós voluntarias telefónicas, que son chicas que donan, tres horas semanales de su tiempo, a las que les transferimos la línea de Missing Children, a sus casas. De esta forma no hay gasto, por que es la línea de nuestra fundación. Es así, que atienden durante esas horas, y después pasan un informe, que es lo que nosotros coordinamos. Por ejemplo, yo los miércoles soy voluntaria también atendiendo la línea de dos a cinco de la tarde. Por su puesto, los ingresantes hacen un curso de entrenamiento bastante largo. En eso sí somos muy exigentes, en cuanto al trato. Tiene que ser gente fuerte, no se puede poner a llorar, con el dolor de la víctima. De esta forma, en conjunto con un inmenso amor de nuestro lado, damos las primeras contenciones en situaciones de alto riesgo. Nosotros decimos que Missing Children, es el aplauso de la playa, por que cada persona que ve la foto de un chico perdido, automáticamente se hace voluntario de la organización: “yo lo vi”, “yo lo recuerdo”, “esta vendiendo estampitas en…”, “ese es el chico que le vi a una vecina…”, o “este es el número que le puedo ofrecer a tal persona para encontrarlo…”. Los caminos son imprevisibles. Todo el país, es factible que lo tenga.

4. ¿Dónde y cómo es el sitio físico de trabajo, los días y horarios?

Además de las voluntarias en sus domicilios, las cuatro coordinadoras, nos reunimos dos veces por semana, en unas oficinas que están en una canchita de fútbol, en Vicente López. Esto se debe a que Juan Car, y los dueños de esas canchitas, fueron los fundadores de Red Solidaria. Entonces nos ceden un lugar, en conjunto con la paga de servicios. Además como son un establecimiento que están desde las diez de la mañana, hasta la medianoche abierto, nos ayudan con la correspondencia por ejemplo, recibiéndola cuando no estamos, entre muchas otras cosas. Esto, es gracias a que todos tienen un gran compromiso. Somos una gran familia.

5. ¿Cómo actúa Missing Children tras el llamado de pérdida de un chico?

Los primero que se les dice a los papás, o al denunciante, es si hicieron la denuncia. Si no la hicieron que la hagan. Es bastante frecuente, las situaciones donde nos plantean que le dijeron “vengan en 24hs.”. En estas ocasiones, les indicamos que tiene que ir a la comisaría y decir: “hablamos con Missing Children, y sabemos que es obligación que nos tomen la denuncia”. Es un chapeo que sirve, pues con esta frase, le toman la denuncia. En capital sucede cada vez menos, por que tratamos de mantener un contacto con las comisarías, planteándoles lo importante que es su trabajo. De esta forma, dignimizamos y responsabilizamos el trabajo. Después de esto, les indicamos a los padres que pidan ayuda, que traten de difundir la foto del niño, que hagan fotocopias de un aviso de perdida, muy breve, creado desde el amor y dirigido al chico directamente: “te estamos buscando…” “¿Manuel dónde estas?...”. Esto con un teléfono, que puede ser el de ellos, acompañado al nuestro. En la página hay un formato prediseñado, que les permite a los denunciantes bajarlo, poner la foto del chico, y ya tenerlo terminado. Con respecto a la distribución del mismo, pedir ayuda en su colegio, a sus amigos. Generalmente en colegios, los directores levantan cursos, con el objetivo de pegar carteles. Esto ayuda muchísimo. En el caso de ser una sustracción parental, donde uno de los progenitores sea el secuestrador, pedimos la autorización y nos manejamos directamente con el juzgado de menores.

6. ¿Qué tipo de contención se le da al denunciante?

No. No tenemos atención psicológica, pero sí los derivamos cuando nos piden ayuda de este tipo.

7. ¿Con qué tipo de medios de comunicación trabajan para dar a conocer el caso?

Partimos de la firma de un permiso de los padres (que incorpore la partida de nacimiento del chico, DNI de ellos y de los menores), o directamente la denuncia de la comisaría, para dar a conocer la cara del niño, siempre menor a 18 años. Trabajamos con infinita cantidad de medios de comunicación: programas enteros y publicidades en TV y Radio, folletería de todo tipo, impresión de fotografías en todo articulo posible, medios gráficos como diarios y revistas, entre muchos otros.


8. ¿Cuál es la causa más común de denuncia?

Los adolescentes. Estos que se van de la casa por propia voluntad. Ahora vos me preguntas a que edad comienza la adolescencia… Cada vez se corre más, y resultan ser cada vez más jóvenes. Actualmente tengo adolescentes de 11 años embarazadas, de 12 años que se fugó con su vecino, que es el novio y tiene 43 años, los que se van por que no los dejan ir a bailar o seguir a su conjunto favorito que va a la bailanta, y no hay cantidad para los que desaparecen días enteros por ir a ver “Pasión de Sábado” que dura todo el día, sin contar los que terminan persiguiendo las camionetas con los cantantes toda la noche, de boliche en boliche. Y los padres preocupados por su vida.

9. ¿Con qué rango de edad de menores trabajan?

Trabajamos con menores de 0 a 21 años, y extendemos el limite de 21 un poco más, en el caso de chicos con discapacidades diferentes. Para mayores, los derivamos a otra ONG: Adultos Perdidos de Argentina.

10. ¿Alguna vez usted en particular, tuvo que trabajar en una denuncia sobre un conocido/familiar/amigo, suyo? ¿Cómo fue la situación?

Viví la peor de las historias, pero la viví fuera de Missing Children. Con esto me refiero a la perdida de mi hijo Guillermo de 21 años, tras ser asesinado en el primer secuestro extorsivo en una democracia. Así fue titulado por el gobierno vigente. Causa dolorosa, hace casi ocho años atrás, que me llevo a mi y a otras madres que después vivieron esta situación a formar otra ONG que trabaja en conjunto con Missing Children, la que llamamos “Madres del Dolor”.

11. ¿Cómo se sintió usted y la organización la primera vez que encontraron un niño?

Sentí la misma satisfacción, alegría y amor, que siento cada vez que encuentro a otro más cada día. Te lo puedo jurar. Es un trabajo fuerte y forzoso, pero todo se compensa con la fiesta que te hacen al recuperarlo. Missing Children es el lugar que me brindó más bendiciones como persona.

12. ¿Cómo se sintió usted y la organización la primera vez que falleció uno de ellos?

Es una angustia fuerte. Pero, la misma situación de dolor te hace entender que es mucho mejor encontrar a un hijo muerto, que no haberlo encontrado nunca.

13. ¿Cómo se encuentran, generalmente, los niños en su estado físico-psicológico, al aparecer con vida?

Depende de la situación. Se encuentran muchos casos, sobresalen los de droga y redes de trata. Se han incrementado esta última con el tema del Chat.

14. ¿Siguen en comunicación con la familia y/o entorno del niño encontrado?

Cuando el chico aparece, termina la historia. Por respeto a las circunstancias.

15. ¿Cómo influyen las cadenas circulantes con pedidos de ayuda sobre chicos perdidos?

Missing Children no trabaja con cadenas de mails. Las respetamos, eso si, muchas veces los mismos familiares o conocidos las crean por incentivo a búsqueda, pero son más los casos falsos y los que terminan distrayendo con datos equivocados. Si nos preguntas las desalentamos. El gran porcentaje de mails son chicos que fueron encontrados, generalmente por desaparición de poco tiempo, o en los peores casos de chicos que fueron encontrados sin vida. Las cadenas de mails no tienen vencimiento y dan vuelta al mundo constantemente años y años.

16. Missing Children trabaja con niños que buscan a su familia, ¿son habituales estos casos?

Tenemos casos de este tipo, pero aquí directamente es con el juzgado. Éste nos llama para ver si podemos cooperar, mostrando la foto del niño, quien por razones de distinto tipo (abandono, accidente con derivación a hospital, detención, problemas psicológicos de olvido de datos, entre otros) busca a la familia progenitora. Es una cooperación sobre todo para con el estado, ya que tenemos acceso a medios de difusión que ellos no pueden obtener

17. ¿Cómo se puede colaborar con Missing Children?

Dos veces al año, la fundación da capacitaciones para nuevos voluntarios. Quienes quieran participar, pueden comunicarse y dar aviso por mail. Siempre resaltamos la importancia de cooperar con la fundación ayudándonos a divulgar la información trabajada.

18. ¿Qué mensaje de prevención y ayuda le brindaría, Missing Children, a la sociedad en este momento?

El mensaje se basaría en poder tener un diálogo bueno entre las partes, esto solucionaría gran parte de los casos encontrados. Y por sobre todas las cosas, el amor.



19. En toda la historia desde la creación de Missing Children, ¿qué situación/momento/causa, fue la que le dio más satisfacción siendo parte de la ONG?

Recuerdo con mucho cariño el caso de dos hermanitos, que fueron secuestrados por la madre, quien después quedó sin trabajo y terminaron viviendo en un colectivo abandonado en la zona de constitución. La pareja de padres se habían separado hacía tres años atrás y ambas familias, cada una por su lado y sin comunicación entre sí, buscaban a los niños desesperadamente. Nosotros hacíamos de medio de conexión, para informar sobre cualquier novedad y seguimiento a ambas partes. Después de un año intenso de búsqueda, recibimos un llamado de un niño de la calle. Este indicó que una mujer, también de la calle, tenía en su poder a un varón con los rasgos parecidos a la niña de la foto de los hermanitos. Con orden del juez pudimos encontrar a esta mujer. Efectivamente eran ellos, el hermanito recién empezaba a hablar con sus 2 años, y la niña con sus 9 años cumplidos, aparentaba una imagen varonil, en consecuencia del disfraz de varón que le había puesto la madre, para que no los reconocieran; su pelo rubio con rulos donde colgaban sus moños rosas en su foto de búsqueda, no eran mas que retazos cortados a estilo hombre. Sin contar las agresiones psicológicas que tenían ambos, y la constante exposición a la prostitución que la madre le había puesto como rutina a la niña. Finalmente luego del hallazgo volvieron a vivir con sus familias paterna y materna, en su normalidad perfecta, sanando algunos síntomas y sobreponiendo algunos otros que no quedarán más que como feos recuerdos imborrables. La madre: detenida y con prohibición de visita para con los menores. Las familias: volvieron a ser felices de la mano de dos niños conocidos por todo el país y el exterior. Nosotros: bendecidos de por vida.

20. ¿Cómo se puede contactar con Missing Children?

Nos pueden ubicar por nuestra página Web: http://www.missingchildren.org.ar/
También lo pueden hacer a nuestro número de teléfono: 4797-9006.

La Locura de Amar en Secreto


Seguía pensando en sus obligaciones cuando decidió poner su mente en blanco. Recordaba viejos días en aquel descampado que ahora era su casa, y una sonrisa le brotaba de un momento a otro. De niña corría por aquel sitio pensando en nada más que la idea de que no oscurezca, para poder seguir riendo con sus amigas. Ahora aún de noche seguía recordando y viviendo esas épocas.
Una casona demasiado grande para su gusto, era lo que ahora tenía como casa. Lo que tubo como hogar, durante ya hacia varios años. Fue creciendo y pasando su adolescencia. La pérdida de sus padres en aquel accidente de auto, marcó su vida por completo, dejando un vacío inmenso que jamás pensó llenar con nada. Una casa gigante que sólo le provocaba dolor. Pero no quería irse, era su hogar. Vivía entre habitaciones donde flotaban recuerdos, fotos, gritos de alegría, sensaciones y olores únicos. Y así pasó gran parte de su vida, unos largos siete años. Ya adulta nadie la acompaño viviendo ahí. Sin hermanos, sin familia. Unos amigos que eran conocidos. Una vida difícil, pero en fin una vida. No tenía mascotas, sentía que era un remache a un hueco bastante profundo que con un sólo soplo de viento se caería. Decidía todo sola. Las responsabilidades las afrontaba en una soledad que jamás quiso, pero que aceptó.
Y un día todo terminó. Lo conoció sin saber la verdad. Meses tardaron hasta enterarse que no correspondía para ella, en reglas y comportamientos habituales. Pero qué podía hacer si tenía un amor hacia ese hombre, que jamás sintió en su vida. Cómo afrontar lo que su corazón le pedía. Costó pero aceptó el trato que el le planteó después de unos meses. Según lo establecido por él, pasaba por la misma situación, en los sentimientos hacia ella.
Siempre soñaba con la idea de que ese hombre la acompañase todos los días, al despertar en su cama, pero era sólo una ilusión. De vez en cuando la iba a visitar, cuando él consideraba tener su tiempo. Cuando ella sabía que la tercera no se enteraría.
De joven siempre juzgaba ello. Planteaba que era una locura y que jamás lo haría. Ahora era prisionera de una aventura que sólo sostenía con el amor que dentró suyo tenía. Y lo soportaba. Soportaba la idea de una pareja que no era suya, sino prestada.
Así fue durante tres años, donde su gente tomaba como pareja de ella, a un hombre cuya realidad sólo conocía Paula. Y ella lo aceptaba. Tristemente… lo aceptaba. Era tanto el amor que le tenía a su “pareja” que decidió ceder a la tentación de ser una tercera en vez de una titular únicamente.
Habían pasado tres semanas sin saber absolutamente nada de él. Era normal para ella, pero sabia que no tenía que ser así. Tres años de amar en secreto fueron los que desataron aquel 20 de julio la desesperación. Y el teléfono sonó tres veces hasta que ella atendió. Dos minutos de silencio en su cara, un minuto de un nudo en la garganta… y la lágrima finalmente cayó. “No!!” era lo único que gritaba, mientras se doblaba de dolor y caía de rodillas al piso de parque de aquel living antiguo. Cómo seguir viviendo después de eso, cómo soportar el dolor que aquel llamado le causo, aquella tarde nublada y fría en Lumbreras. El teléfono cayó, y el llanto no terminó durante casi dos horas. Las lágrimas corrían como un manantial en el rostro de porcelana a sus 25 años. Un llamado de un amigo en común que tenía con su novio, le dio la peor noticia de su vida, al indicarle que la esposa de su novio, se había enterado de la realidad. Se había enterado de un sueño de tres años y ahora no había posibilidad de volver atrás. Generalmente en estas situaciones se sigue viviendo, difícilmente, pero se sigue. Paula no podía. No quería, no lo soportaba. Porque no estaría aquel hombre, ahora ni nunca. Ni con ella ni con nadie. Descansaría, pero distinto a cualquiera. No tenía acceso a decirle siquiera que lo amaba. Ni a lo lejos, ni en forma de carta. Ahora ya era todo un sueño que pasaría a un recuerdo con un final doloroso. Se sentía culpable. Culpable de que su novio, su mejor amigo, su compañero de la vida, ahora tan sólo sea cenizas por un asesinato a sangre fría que una mujer despechada por un engaño, provoco en la cegadez de una falta de fidelidad.
Así fue como volvió a sentir otra vez aquella sensación de vacío. La misma había desaparecido durante estos tres años, o simplemente fue tapada y disimulada al punto de no recordarla tan a menudo. Ciento de fotos con él, descansaban en el fondo de un cajón cerrado hacia ya cuatro semanas. El tiempo suficiente para que acumulen el polvo que empezó aquella tarde que pasó a saludarla por última vez, y que entró a su habitación mientras ella hacia café, y para luego salir rápidamente... No tenía las fuerzas necesarias para seguir. Había bajado muchísimo de peso. Cuando lograba tener el valor de salir de las sábanas antes usadas por dos personas, apenas caminaba entre las habitaciones de una casona otra vez vacía. No contestaba los teléfonos, no atendía las visitas, no iba a trabajar. Y la oscuridad de aquella depresión que le consumía su alma, se apoderó de ella. Lloraba desconsoladamente, a veces sin sentido. Sus manos temblaban hasta estando dormida. Y sus pesadillas ahora eran algo habitual en las noches oscuras. De día dormía, de noche un insomnio le ganaba en la batalla comenzada desde hacia un mes.
Un día despertó de una pesadilla bastante extraña. Extraña para ella por que no lo era. No era un sueño desagradable como todos los demás. Era un sueño hermoso donde volvía al pasado antes de todo lo ocurrido, precisamente al momento de voltear y verlo a él con una sonrisa clavada en el rostro y un ramo de flores sostenido por una mano con una alianza. Y ella reía. Sonreía durante minutos largos y seguía riendo. Y un abrazo en conjunto la dejaba sin respiración. Sin aliento a tomar el valor para soltarlo. Un valor que jamás quería tener. Vivió de nuevo, y no entendía por qué. Porqué la vida le regalo la oportunidad de volver a ser feliz unos minutos. Al despertar se dio cuenta que no todo estaba bien, se dio cuenta de su horrible realidad, de su desastrosa depresión en la que había caído. Y lloró. Lloró con todas sus fuerzas y golpeando las sábanas que flotaban en el aire por las patadas que eran provocadas por sus pies fríos, recordó el deposito de aquellas fotos guardadas en aquel viejo cajón, en su mesita de luz. De repente volteó y lo miró. Lo vio. Observó por un instante aquel cajón que hacía un mes no habría. Capas un poco más de tiempo. Desde la ultima vez que había visto a su amor, dos días antes del accidente. Fue así cuando abrió el compartimiento y metió la mano a ciegas. De repente sintió esas fotografías, pero en forma distinta. Agarrandolas retiró la mano y las puso frente a sus ojos. Estaban ordenadas, atadas con una cinta de seda doradas, sobre las cuales estaba primero que ellas, una carta. Una carta que desconocía. Sus manos comenzaron a temblar y sus ojos se llenaron de lágrimas. Sus manos torpes intentaban sacar la cinta, pero en el intento la rompieron de la desesperación. Abrió el sobre que anteriormente había sido cerrado tan delicadamente, y comenzó a leer una breve carta de amor. Y de repente quebró. No pudo más. Sus ojos desorbitados luego de leer el escrito pusieron una mirada de tristeza y melancolía jamás vista en una mujer. Sus manos temblaban, un llanto inconsolable provocaba gritos insufribles, que seguramente escucharon desde otras casas. Y tiro todo. Revoleando todo sobre aquella cama de dos plazas con sabanas blancas de seda, volteó nuevamente a la mesita de luz. Un desayuno de varios días atrás esperaba ser levantado. Dudó un momento. Dudó un segundo. Por qué dudaba?, Por qué no tomaba el valor? Qué pensaba? Qué la llevó a hacerlo? Cómo tenía el valor de pensarlo siquiera? Y finalmente lo hizo. Su sangre corría por su brazo como delicadas lágrimas. Su corazón latía fuertemente, hasta que se tranquilizó, su cuerpo temblaba muchísimo, hasta que también terminó de esta forma, y se desplomó sobre aquellas almohadas de pluma. Su brazo derecho cayó, soltando un cuchillo de un filo necesario para terminar el sufrimiento. El mismo rebotó en la alfombra salpicando las últimas gotas de sangre de Paula. Sobre la cama, descansaba esas fotos, esa carta. Ya abierta. Una carta donde había un manuscrito hermoso e inolvidable para sus últimos momentos de vida.

“Paula:
Perdón, perdón por estos tres años. Perdón por la necesidad del anonimato, por no tener el valor de hacerlo, por ser tan cobarde de no decirte que siempre fuiste y sos la mujer de mi vida. Sí. Esa única mujer que amé con mi corazón toda mi vida. Y ahora ya es tarde. Ya te hice pasar tres años en secreto, pero me cansé. No quiero seguir así. Así que cuando leas esto seguramente te enterarás y me verás en tu puerta con un ramo de rosas azules como te gustan, diciéndote lo mismo que te digo acá. Que voy a dejar toda mi vida, mi esposa por vos, y que pasado mañana cuando ella vuelva de su viaje de trabajos, yo le estaré diciendo a los ojos que te amo con toda mi alma y que sos la única mujer que quiero a mi lado el resto de mi vida. Te amo con mi alma y no voy a dejar pasar mas tiempo ocultándolo. Espero aceptes mi decisión. Estaremos juntos pronto.

Te amo

Ricardo”


Decisiones tomadas por una sola razón. La ultima frase, una promesa que ahora esta cumplida. Nadie más que ellos en su mundo de locura y amor.